Huele a calor.
A radiador recién levantado tras un verano que parecía ya interminable.
Que miro al Hoy desde el Mañana, segura de haber vivido el intervalo que los separa.
La mente me traiciona con juegos de calendario y horarios inacabados.
Que hoy es jueves y mañana, miércoles.
Porque mi agenda va al contrario del mundo.
¿Qué le voy a hacer?
¿Y ahora?Me caigo, y me levanto.
¿Ahora lo ves? Es duro, ¿eh? Un golpe fuerte, como si te estamparas contra un cristal que no creías que estuviera ahí. Y deja morado, ya lo creo que sí. Pero se cura, poco a poco, la mancha va desapareciendo. Aunque la cicatriz, cada cierto tiempo, arde.
-No te imaginas la de veces que he pensado en hacer esto
-¿Esto?
-Sí, lo que estoy a punto de hacer ahora, aquí, contigo.
El Rojo me da fuerza, corrige mis errores antes de que estos sean escritos, o andados.
Mis palabras se guían demasiado por el reflejo de los que ya escribieron, o hablaron, oraron, dejando sus manchas en mis ojos- que ya no saben ver, sólo mirar. ¿Dónde está mi eso? ¿Lo mío? ¿Lo propio?
Tal vez nunca estuvo y nunca esté, mas me siento copia de lo demás, no encuentro la maleza sin pisar, todo está ya recorrido. Caminos que llevan a otros caminos, que se cruzan con más y más caminos, y me obligan a seguirlos sin opción a escapar. Dadme un respiro. Dejadme un pedazo de tierra sólo para mí.
Lo veo en mis sueños, sólo en ellos.
Es un lugar que conozco ya de memoria y con todo detalle, pero sigo sin encontrarlo, olvidándolo con cada amanecer.
Se parece mucho a una tierra que pisé,
...alguna vez.
Y no sé cómo volver.
Uno más...o uno menos, según como se mire.
Que te Jodan. SONRÍO POR DENTRO, a tu pesar.
Síííííí!! LOCURA ORDENADA!!
Profanación, Exhumación, Perturbación...
¿de qué?
No sé, ¿de mí?
No. No vales tanto.
Ah, bueno.
Es increíblre lo rápido que pienso a veces. Sobre todo cuando estoy recién levantada, de uno de estos despertares bruscos e impactantes que aceleran el corazón. Y los nervios me recorren durante minutos larguísimos, y mi mente funciona muy, muy deprisa. Con tanta lógica y agudeza que me asusta( y fascina). Quisiera poder guardar todos esos pensamientos. Son tantos que así como llegan, se van.
Y el agua de la ducha hace que mis ojos se cierren incómodos. Y temo dormirme, así, nerviosa y desnuda, mientras el agua da un salto en mi nariz y su calor lucha contra el frío de la mañana; el campo de batalla, mi piel, que se estremece una y otra vez al son de mis ideas. Tirito bajo el calor del agua.