jueves, 6 de noviembre de 2008

Un mimo, Noviembre.

Y ya con el estómago lleno, demasiado, quizás, nos despedimos como tantas otras veces: dos besos, sonrisa amable y deseo de suerte y bienestar, con un "nos veremos pronto" que da por finalizada la visita. Mis pasos crujen sobre la grava húmeda. Ha llovido y la sombra de los coches, que esperan pacientemente, metálicos, aburridos, es esta vez mas clara que la no-sombra.

Después llega el malestar ya tan frecuente, y el mimo se rinde una vez más, dejándose llevar por el sueño. "Que esta noche tengo que estar bien"- piensa.
Y ya de noche, llega rápido el día, y con la luz filtrándose traviesa y cotilla entre los huecos de la persiana, el mimo descansa en su cama, donde cada vez que cierra los ojos el mundo se le cae encima, casi literalmente.
Porque la magia se acabó dejando sólo el regusto amargo del alcohol en las papilas gustativas. Y martillos, miles de ellos, que golpean su cabeza como si quisieran romper el cráneo y machacar el cerebro, estúpido cerebro, que se asusta y busca refugio en el sueño, una y otra vez. Párpados cansados.
Sin embargo, y a pesar de todo, el mimo sonríe. Ya no con su sonrisa rayada y macabra, esa que tantas pesadillas había protagonizado en los sueños de su infancia, si no con una débil mueca de felicidad, débil a causa del miedo del cerebro a hacer ruido y que vuelvan los martillos. Shh..
Sonríe en la casi oscuridad de su habitación recordando, o imaginando recordar.
El frío de la noche colándose entre su ropa, causando estremecimiento, agradable añoranza.
Gotitas de agua, pequeñas, muy pequeñas, cayendo discretas, envidiosas de lo que pudiera pasar sin ellas, como espías escondiéndose entre los huecos de su pelo, para después unirse todas y resbalar hasta quedar pendidas de una punta, retando al vacío.
Un foco, o dos, alumbrando fuerte directamente a sus ojos, y a los demás pares de ojos pesentes, como soles de la noche.
Recuerda vasos de mil colores pasando por sus manos, risas, gritos, y más risas silenciadas por el murmullo abrumador del alcohol en su cabeza. Sonríe al acordarse del suelo resbaladizo, y sus pies, divertidos, deslizándose sobre él, haciendo carrera con otros que andaban, más o menos, igual de borrachos.
Un vaso perdido, y más sonrisas.
Hay tanto por recordar...
Su mente está cansada, de ese cansancio amargo e imcómodo, y su cuerpo pide a gritos el sueño, el único capaz de acallar el dolor y la angustia producidas por una noche llena de sobresaltos y "etanol".
Que en los sueños, el mimo nunca soltó su mano.
Vulnerable y agotado, el mimo, que ya no es mimo, duerme. Sus mejillas recuperan poco a poco el color perdido, sus músculos recobran fuerzas y sus ojos, ya limpios, curan el dolor de su cabeza, pestañas sanadoras, tranquilizadoras.
Y sus sombrero yace sobre la msea, espectante, preocupado...que si pudiera, llorarío por ella. Pero el mimo sonríe, esta vez sí.



De nuevo el deseo pudo conmigo, aprovechándose de la incapacidad de la razón, acallada por la fuerza del jugo del olvido. Me temo. Temo que llegue el día en que pierda todo dominio sobre mí y los caprichos de mi cuerpo me lleven a un lugar del que no pueda salir. Y lo temo porque me gusta. Me atrae dejarme llevar y actuar, por una vez, sin líneas en el suelo ni pautas frente a los ojos. Sintiendo que querer es poder y no encontrándo obstáculos en el camino, éste que aún me queda por visualizar. Y me encanta saber que soy capaz de traicionarme. Me fascina la idea de sorprenderme haciendo lo no-planeado, aunque luego me odie por eso, sabiendo que no me odio del todo. Sintiéndome orgullosa de haber dado un paso en falso, hundiendo mi pierna en el barro, una vez más. Pero me queda el consuelo de la lluvia, la que arrastra consigo la gruesa capa de mugre que queda adherida a mi pierna y, y la aleja de mí. Y así, sigo el camino, sin mirar atrás. Y en caso de hacerlo, siempre con una sonrisa en la cara.
Que el mimo sonríe, y esta vez, es de verdad.

-¿Y por qué sonríe el mimo?
- No sé muy bien. Quizás...porque es noviembre.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

no hay palabras para describir pequeña r.r.martini
solo recuerdos....
=)

Anónimo dijo...

Me encantó, sin ninguna duda para mi fue el texto que mas me gusto de los que has escrito hasta ahora, y no solo por recordar buenos y grandes momentos que pasaran a nuestra memoria como el vaso, el suelo resbaladizo, mear detras de un coche, el taxi o incluso un martini... y seguro que hay más...
bueno por mucho que lo intente no puedo intentar escribir como una r.r. martin :D pero bueno almenos puedo leer los que escribes, solo espero una cosa y es que esta vez el mimo sonria, y esta si, de verdad =)

Anónimo dijo...

leídooo!!
no me habias dixo que habias puesto dos mas..
no se si me dara tiempo de leerlos los dos...
tengo muuuucha cultura clasica que empollar...
pero buneo, sabes que siempre me gusta relajarme leiendo tus paranoias...^^