lunes, 13 de octubre de 2008

Jazmín

Que la flor se marchita sobre mi cama.
Hace poco, muy poco, era blanca, pura, nívea como una luz que ciega, como el paisaje de invierno. Y yo absorví su olor, su perfume, con ansia, casi necesidad, necesidad de saber que existe y que, por un momento, es perfecta, fue perfecta.
Y me he dejado llevar por la fragancia, ésa que tantas imágenes trae a mi mente, y me embriaga hasta el punto de marear, y de sentir náuseas.
Un asco repentino hacia todo y hacia nada en particular, hacia el mundo y hacia mí, que, como la flor, dejo la impecabilidad para llenarme de grietas que se extienden, creando vacío, vacío de alguien que fue, que es y, que, probablemente, será.
Que me hundo en una tiniebla imaginaria, que me pierdo en los túneles de mi memoria, descubriendo bosques que nunca pisé, árboles que nunca vi, y troncos escritos con mi nombre, y su nombre, que nunca antes había si quiera imaginado.
Que, paseando por los pasadizos entrelazados, oigo ruidos conocidos, y creo reconocerlos, y adivinarlos, pero no llego a escucharlos.

Y en mi mano descansa la flor de seis pétalos, blanca, delicada.
La he separado de las demás, a ella, por ser la más bonita, y ahora se pudre sobre mi colcha, mientras las otras permanecen quietas, colgadas, pacientes, pero vivas.
Que su perfección le ha costado la existencia.

Por un momento, me concentro en el ruido de fondo de mi pensamiento, y reconozco una canción, una voz que rompe con la realidad, que me lleva. Y al acabar, enlazo la música con el ritmo de mi respiración, algo cansada, forzada. Y escucho el crujir de mis zapatos al encontrarse con la tierra, granitos de arena escondidos entre los adoquines imperfectos.

Y la flor, ya arrugada, grisácea, marchita, le recuerda a las marcas en su cara, las de aquella mañana, restos de la noche en la que lloró, sin razón, o con ella...
¿Para qué llorar?Nadie le daba más razón que el silencio.
Sin embargo lloró, dejando marcas sobre la almohada, mirando a la oscuridad con ojos húmedos, gritando en silencio, y a veces no tan en silencio, buscando una luz entre el caos de sus sentimientos; un odio tan profundo que le oprime por dentro, se extiende, arrinconando al valor y a la esperanza, eliminando todo vestigio de tranquilidad, de seguridad.
Que todo está mezclado, pero hay luz, a veces hay luz, que te desnuda de mil corazas de terror, su terror.
Que el corazón sangra con mil heridas que nunca se curaron, que su cara se aburre de dibujar sonrisas cansadas, que sus ojos no aguantan con el peso de dolor.

Dejé de pensar, por un momento, para vivir, sentir, respirar, y con respirar hablo de inhalar tanto aire que sientes que rebientas, lo notas entrar y alcanzar cada una de las células de tu cuerpo, y escuchar cómo tu pulso acelera por un momento, para luego retomar su monótono ritmo.


La flor, ya muerta, la aterra, con su imagen de ausencia, de impotencia y debilidad. Ocupando su lugar junto a la almohada, describiendo su presente. La vida sólo es presente.


Sólo fue una flor del jazmín.



Pronto desaparecerá, y nada habrá cambiado...



"A veces se escapaba y se acercaba un momento a ver el mar, a respirar hondo, mirando al horizonte, aquel trazo azul que, sin saber por qué, le producía ganas de llorar."

3 comentarios:

Valkyrie dijo...

su delito fue la perfección

-sonrisa-.

Sandra dijo...

[b]Holaaaa!! anaaa!! :D
jejej te voy a agregar a afiliados xDD
soy sandra^^
nose que nombre me saldra....
tengo un lio con el blog
y como no entro jaja xD
lo cogere en navidad y lo
moldeare xDD
weno wapaa!!
nos vemos esta noche jeje xD
dew!
bSs

psd: por cierto la foto del jazmin esta muy bien, me ha gustado[/b]

Anónimo dijo...

como molo!!!
ya se como se hace esto de los comments^^
pues eso que me gusta tu historia
que ya puedes respirar trankila pQ te he firmado
que este finde nos pegamos la fiesta padre
que me has animado para volver a escribir :)
y que ya ire leyendo los demas posts cuando haya tiempo

un besoo! (aunque a ti no te gusten^^)

Elisa