viernes, 12 de septiembre de 2008

Páginas Perdidas...

29-05-08

Cansancio.
Recostada sobre mi cama observo a mi alrededor, mi cuarto, mis recuerdos plasmados en las paredes, recuerdos de tiempos pasados en los que las cosas eran mas fáciles...
¿Qué ha pasado?
Cuando salgo, ya no sé si soy yo.
¿Por qué tantos cambios?
Algo bueno, supongo.
No tengo un punto fijo, creo. ¿Finjo? No es lo que siento cuando actúo de verdad.
Finjo cuando no quiero mostrarme a los demás tal y como me siento en ese momento.
Demasiado teatro en mi vida, cada vez es más difícil soportar la máscara, aunque cada vez se adapta mejor a mi cara. ¿Quiero que esto suceda? ¿Que llegue el día en que la máscara forme parte de mí? Me parece que no.
Me asusta la idea.
Difícil...no sé muy bien, no sé.

Y de nuevo mis ojos me avisan de que puede llover. Retengo las lágrimas, otra vez. Llegará el momento en que se salgan por las orejas.
Extraña sensación a la que tanto me he acostumbrado. Angustia que sube dede no sé dónde hasta mis ojos, que quiere salir de mí, liberarse, manifestarse. Por favor, cuando esté sola.
Horrible, ¿verdad? No poder controlar las sensaciones que te atacan por dentro. Horrible al ojo del que todo lo controla...Yo noto que voy perdiendo ese control que tenía sobre todo.
En mis brazos ya no cabe más, hay mucho que queda escampado a mi alrededor, se escapa, vuela, no lo controlo. Me cuesta, intento coger más al vuelo, y al estirar mi brazo, mi mano allá a lo lejos, se me hace grande a mis ojos, pero no lo suficiente para coger todo lo que quisiera; al estirar mi brazo para alcanzar un poquito más...caos, desastre, desesperación. Todo lo que mi brazo abrazaba hasta ahora, con fuerza cae al suelo, estrepitoso ruido el del fin.

Quedo allí, de pie, vacía ahora, y desorden a mi alrededor, horror, angustia, impotencia...¿volver a empezar? Hay mucho que recuperar...Pero la rendición nunca es una opción, o eso dicen.

Vuelvo a empezar, pero mis manos son ahora torpes e inseguras. Tiemblan, en armonía con todo mi cuerpo, que da fuertes sacudidas mientras gotas de desesperación lo empapan todo. '¿Me estoy derritiendo?'-Pienso. Mi visión es ahora borrosa, y mi mano, a la que tanto había admirado y valorado hasta entonces, deja de moverse, suavemente cae, y su peso me arrastra con ella.
Oigo un grito, y luego, nada.
Oscuridad y sensación de desequilibrio. Me mareo y siento cómo mi estómago me avisa de que algo va mal. Todo lo que me comía por dentro sale al exterior con fuerza, duele, y ese sabor...no me gusta. ¿De eso estoy hecha? NO ME GUSTA.
No sé cuánto rato permanezco así...
Abro los ojos.
Una ventana abierta me revela que el Sol se ha puesto en marcha.
Un viento fuerte me golpea la cara, frío, agradable.
Lo necesitaba.
Me escuece la garganta, ¿de qué?
Aquel grito...sonaba tan lejano, tan lleno de dolor y angustia. Un grito que seguramente rasgaría hasta el más duro metal. Mi garganta...
¿Fui yo?
Lo cierto es que me siento más vacía, quizás el grito me oprimía.
Miro a mi alrededor. Ya no hay nada, el viento se deshizo de mis recuerdos, así, de repente. Sólo queda en el suelo un charco de algo que parece vino. Mi boca, ¿a qué sabe?
No sólo hay sangre, también vómito y gotitas de cristal. Me acerco a una de ellas y con un dedo la cojo y la pruebo.
Sabe a sal y a tristeza.
El olor me aturde...mi cara, mi pelo...todo está bañado de ese asqueroso olor.
Miro el charco...al parecer sí que me derrito, de dentro hacia fuera, poco a poco iré desapareciendo, quedará sólo una mancha de mí en esta habitación vacía.
Me asusta eso de derretirse.
Hay una ventana abierta al exterior, y mucha altura.
No quiero esperar a derretirme, así, sin hacer nada.
Quiero poder encontrar al menos alguno de mis recuerdos, aquellos que tanto controlaba.
De repente, quiero volar. QUIERO HUIR DE ESTA SALA.
Volar...el deseo es tan fuerte que siento como poco a poco mis manos, mis quediras manos, van transformándose.
¿Es una pluma lo que veo? ¡Sí!
Mi cuerpo va perdiendo densidad. No, no me derrito, ya no.
Sólo me vuelvo más ligera, siento el viento entre las plumas.
Creo que jamás sentí ni sentiré nada igual.
Me uno a la corriente, me vuelvo aire, cojo impulso y me alzo, alto , MUY ALTO!
Ya está. estoy fuera. No caigo, como había temido.
Alegría, por fin juntas...quería conocerte, o recordarte.

Siempre hay un por qué. Sólo hay que encontrarlo, no cuesta tanto.






~Son tiempos difíciles para los soñadores.

2 comentarios:

Valkyrie dijo...

Da miedo...

Me ha gustado mucho ^^
y sí, tiempos duros para los soñadores.

bss

Anónimo dijo...

leido!